martes, 11 de agosto de 2009

Quito, ciudad universitaria

Por Fausto Segovia Baus

El burgomaestre Augusto Barrera se hizo cargo de la ciudad de Quito, el pasado 10 de agosto, fecha del Bicentenario del Primer Grito de la Independencia. Ocasión propicia para reflexionar sobre la ciudad y sus principales articulaciones.

Existen ideas interesantes, propuestas de creación de Universidades, ampliación de cobertura a sectores sociales vulnerables, pero ninguno tiene un proyecto consistente que lleve a Quito y sus habitantes, por otros derroteros de cara al futuro.

Hay que reconocer, en primer lugar, que Quito es una ciudad universitaria. Poco se ha hablado y explorado sobre este tema, que confiere a Quito una condición diferente y a la vez un escenario clave para construir una ciudad educadora.

Es cierto: Quito afronta muchos conflictos (tránsito, inseguridad, contaminación y otros), pero ante esta problemática poco o nada investigan nuestras universidades. Sería interesante crear, para empezar, una Red de universidades quiteñas interesadas en estudiar y proponer alternativas, para mejorar la calidad de vida de esta hermosa ciudad, relicario de arte en América y Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En este contexto, una evaluación diagnóstica e integral del subsistema de educación municipal vendría bien, ¿verdad?

Sabemos que la demanda de estudiantes es alta; sin embargo, es necesario y urgente articular estrategias intencionadas para articular el currículo a la vida de los quiteños y quiteñas, a la formación de ciudadanos y ciudadanas preparados para participar en la solución de sus problemas.

Recuérdese que no es posible concebir una ciudad sin ciudadanos activos; no podemos depender de estructuras burocráticas y menos de visiones sin contenido o con un fuerte énfasis clientelar.

¡Quito necesita una educación de calidad, articulada al arte, la cultura, las tecnologías, al emprendimiento y a la defensa de la vida!

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